sábado, 26 de enero de 2019

SER DISEÑADORA DE IMAGEN Y SONIDO

A la mayoría de las personas a las que les cuento de qué me recibí, se quedan callados, sin saber que acotar. Ahí nomás tengo que salir a aclarar que es una carrera de cine. Pero es mucho más que eso.
La carrera está buenísima, tiene algunas materias que se quedaron en el tiempo, algún que otro profesor que no es bueno, pero también hay que nombrar las falencias de uno. Anotarse en demasiadas materias, trabajar y estudiar, son cuestiones que hacen que uno no pueda llegar a brindarle todo la atención que debería a las materias que a uno le gustan tanto. Lo que tiene de bueno es que podes ver casi todos los roles profesionales que tiene este hermoso camino de volverse realizador.
Ser diseñadora de imagen y sonido para mi es un logro muy importante, cursé en la UBA, y pude recibirme. Conocer gente muy copada con la que hasta el día de hoy sigo trabajando y realizando cosas. Me dio la posibilidad de trabajar en televisión, y de sentirme capacitada para afrontar todos los roles necesarios para llevar a cabo una producción televisiva o cinematográfica.
Sufrir... para qué
Creo que muchas veces me sentí frustrada a lo largo de la carrera, pero nos pasa a todos. Das el 100% y no llegas. Te rompes el toto y no alcanza. El cansancio, el sufrimiento, las alegrías, el superarse a uno mismo, son un remolino de emociones que te hace sentir la carrera. 
Cada corto realizado para la carrera, fue un trabajo arduo, y hoy en día la nota que me pusieron los docentes poco importa. Valoro el esfuerzo y compromiso que le puse a cada uno. No todos salieron como me los imaginé. En la mente de uno a veces se imagina una superproducción de Spielberg, pero cuando vas a la isla de edición, te encontras con el material y entendes que la cámara que usaste, el actor que castineaste, la iluminación que hiciste y capaz hasta la idea, poco tenían que ver con Spielberg.
Sufris, lloras, puteas, pero después de un tiempo comprendes, que ese trayecto fue un aprendizaje a los golpes. Y que ahora estás más capacitado para lo que venga, sea con Spielberg, Almodóvar, Coppola o una Micaela Montes.
Materias amor-odio
Uno tiende a amar la materia que siempre le gustó como la fotografía para mi. Pero mientras vas cursando te das cuenta de otras materias que ni sabías que te podían interesar y que generan un cambio en tu perspectiva. A mi me pasó con Historia (HAMI y HAMAL), estructuras narrativas (ENA), literatura (LAC), por nombrar las teóricas. Los docentes que tuve transmitían un interés tan profundo, que tenías que estar en la luna de valencia para no darte cuenta. Allí comencé a amar a Chaplin, Gutiérrez Alea, De Sica, Getino, entre tantos otros cineastas. (Dato de color, ahí conocí la historia y trayectoria de Octavio Getino, de quien hoy estoy realizando un documental).
Las materias prácticas te enseñan a jugartela, tratar de llegar con muy poco tiempo a tener un video que pueda llenarte de orgullo, en el camino conoces compañeros copados y de esos no tanto, docentes super exigentes y otros que no saben cómo explicarte qué problema tiene un plano. Pero aprendes, a los porrazos, nervioso, estresado, cansado, pero a su vez feliz por estar rodando… La vida es más sabrosa en rodaje, aunque te descompongas de los nervios. Eso es lo que yo aprendí.

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